martes, 2 de agosto de 2011

"SANACION Y DESPEJAMIENTOS DURADEROS DEL AURA"

El aura es el campo de energía que se irradia alrededor del cuerpo. Está creado
por la producción de energía de los chakras; cada uno de ellos contribuye a
la sanación y el mantenimiento del campo áurico. Cuando los chakras
están mínimamente abiertos y/o dañados, el aura puede mostrarse gris y débil.
Por otro lado, si gozas de buena salud y estás razonablemente abierto a
tus emociones, tendrás unos cha­kras más activos y abiertos y un aura más
fuerte, vibrante y resistente.
Si tienes el aura contraída, se extenderá a sólo una distancia de 35 cm
de tu cuerpo. Si tienes un aura de­masiado extendida, puede expandirse en un
radio de unos 17 hasta 600 metros. Ninguno de estos tipos de aura es el ideal.
Un aura contraída tiende a hacer sentir tensa a la persona, con miedo, separada. Este tipo de sentimientos también pueden ser la causa de este tipo de aura.
Un aura extendida en exceso puede desembocar en escapismo, dispersión
y tendencia a absorber aquellos pensamientos, emociones y dolor ajenos que
se encuentren en el área que cubre. Un aura demasiado extendida puede
ser también el resultado de los mismos sentimientos y situaciones que tiende
a causar. En otras palabras, la causa de un aura poco sana tiende a regenerar
las mismas condiciones que la han causado.
El objetivo es conseguir un aura ovoide y distribuida uniformemente
encima, debajo, detrás, delante y a los lados del cuerpo. Con la práctica he
llegado a la conclusión de que el radio de aura más manejable mide de 60 a
90 cm en cada dirección, sobre todo en público. Cuando estoy en un entorno
natural, permito concientemente que mi aura se expanda incluyendo
bosques, lagos y arroyos a mi alrededor. Así se intensifica mi sentimiento
de conexión con Dios/Diosa/Todo lo que Es a través de la Creación. Me siento
en comunión con las plantas, el agua y los es­píritus de la naturaleza, me
calma y sana mi sistema nervioso. Sin embargo, cuando paso directamente
de la naturaleza a la ciudad o a otras zonas pobladas, siempre vuelvo a retraer
el aura a unos 60 o 90 cm a mi alrededor. Cuando se me olvida, no tardo en
darme cuenta. Percibo gratuitamente la vida de otras personas, a veces incluso
su dolor. Así que no suelo tardar en acordarme.
En mi propia casa, si no estoy con amigos o clientes, dejo que mi campo áurico
se expanda hasta donde sea có­modo. También mantengo la casa muy
despejada psíquica­mente para sentirme bien en ella.
A continuación sigue el proceso para despejar y sanar el aura:
1. Conéctate a la tierra según la técnica anterior.
2. Con los ojos cerrados siente el área alrededor del cuerpo. Para empezar,
haz que la respiración llegue hasta unos 35 cm de tu campo áurico utilizando
tu intención. Al respirar dentro del área siente si tu aura está contraída y
espesa, débil y disipada o vibrante y blanda.
3. Mediante la respiración y la visualización (escu­chando un mensaje, utilizando
la intuición) observa hasta dónde se extiende el aura en dirección frontal.
4. Observa el ancho de tu aura a ambos lados.
5. Ahora mira y siente el aura sobre la cabeza y bajo los pies.
Compara las dos áreas.
6. Utiliza la respiración, los sentimientos, la visión y cualquier otra forma que
te sea natural para identificar el espacio que abarca el aura por detrás.
¿Cómo está en relación con la parte frontal?
7. Ahora que ya conoces algo más sobre la naturaleza del aura ajústala para
que rellene exactamente un radio de unos 60 a 90 cm en forma de huevo.
Utiliza la respiración, la visión y una intención despejada. Al principio
pueden resultarte útiles las manos para abarcar físicamente el
espacio alrededor del cuerpo y tirar o empujar el aura cuanto desees.
Para la mayoría, ajustar el aura significa retraerla y definir los contornos.
Los demás necesitarán empujarla para que llene el espacio.
Si eres principiante, puede que te resulte un problema pasar el aura por
debajo de los pies. En ese caso, la práctica y la persistencia son los
mejores antídotos.
8. Observa cualquier cambio de sentimientos, sensa­ciones físicas y
conciencia que traiga el ajuste del campo energético a tu alrededor.
9. Ahora visualiza una lluvia de luz líquida de oro que cae y atraviesa el aura.
Deja que la primera vez caiga de 2 a 5 minutos por lo menos.
Nota lo maravilloso que es. (Ver ilustración de la página siguiente.)
10. Después visualiza un fuego gigante color violeta del tamaño
del aura. Extiéndelo por toda el aura, también bajo los pies. No destruirá nada,
la llama violeta simple mente transmuta las energías de baja frecuencia
en energías de mayor frecuencia, lo que constituye una forma más natural
de ser. Mantente dentro del fuego sólo de 1 a 2 minutos si es tu
primera experiencia con el fuego violeta. Esta técnica te hará sentir más
calor y energía. Si utilizas demasiado el fuego violeta, puedes sentirte
abrumado por la combustión de antiguas energías etéricas. Así que al
principio, tómatelo con moderación; experimentando hasta encontrar tu nivel.
11. Cuando hayas concluido, elimina el fuego violeta y abre los ojos.
         
FIGURA 2: Lluvia de luz de oro limpiando el aura
La mayoría de los que meditan dicen sentirse más ligeros, más
frescos, psíquicamente más limpios y más brillantes al visualizar la lluvia
por primera vez. Es una manera simple pero efectiva de despejar
cualquier energía o desecho extraño que hayas recogido. También es
buena para deshacerse de energías liberadas de tu cuerpo durante
una meditación o sanación.
La primera vez que utilicé estas técnicas, usé la res­piración, las sensaciones,
la visión y la intención para ha­cerlo real y tan efectivo como fuera
posible. Puedes expe­rimentar para descubrir qué métodos te son más afines.
A continuación hablaré de la protección del aura. Sin embargo, antes de
seguir quiero dejar claro que estas téc­nicas no están de ninguna
manera enfocadas en crear un sentimiento de rechazo o temor hacia
las personas o el mundo. Desde luego, no intentan disuadirte de intimar
con otras personas. Sólo pretenden ayudarte a elegir lo que dejes entrar
en tu campo áurico y lo que no. Si tu problema es que
absorbes indiscriminadamente la energía que flota alrededor te puedes pasar
la vida literalmente abrumado, emocionalmente desequilibrado, confundido,
con sensación de inutilidad. Lo sé porque he sido una de las peores
esponjas psíquicas que he conocido. Si estaba cerca de una persona con
dolor de espalda, puedes estar seguro de que también me pasaba a mí.
Cuando realizaba una sanación por imposición de manos o simplemente abrazaba a un amigo, el otro se sentía mejor y yo solía sentirme peor.
Lo puedes llamar «el síndrome de vertedero humano». Aprender a establecer los límites cambió lite­ralmente mi vida.
En recompensa por haber aprendido a establecer mis límites, ahora
disfruto intimando y compartiendo mi vida con amigos y seres queridos.
Las siguientes técnicas intentan hacer que sepas cuáles son los
límites saludables aprendiendo a elegir lo que permites entrar en tu cuerpo
y campo áurico. Una de las mejores maneras que yo he encontrado es e
xtender el aura aproximadamente un metro en todas direcciones. Luego
rodea el aura de luz de diferentes colores según las nece­sidades de
protección de ese momento.
Después de atraer el aura y bañarla con una lluvia de oro, rodea toda
su superficie de una capa de 3 a 6 cm de luz solar dorada. Esto hace que sane
y se refuerce continuamente, puesto que el oro penetra en los orificios del
aura y ella misma tiende así por naturaleza a sanarse.
El siguiente paso depende de lo que sientas. Si te sien­tes vulnerable o
más inseguro de lo normal, puedes añadir una capa azul añil a la parte
externa de la luz dorada. El sobrenombre del tono concreto que buscas es
«azul certeza» o azul auténtico. Este color irradia una sensación de con­fianza
y seguridad, lo que tiende por naturaleza a repeler «rateros psíquicos».
Con él también te sentirás más seguro de ti mismo para estar alerta y
mirar el mundo a través de este color para el borde del aura.
Cuando no estés en casa o tengas visitas -sobre todo si recibes clientes-
es bueno mantener una capa de luz violeta en la parte más externa del
aura. Existen varias razones para ello; primero, como ya he dicho, la luz
violeta transmuta las energías a sus frecuencias naturales supe­riores.
Si estás trabajando con un cliente que de pronto libera una gran cantidad
de ira reprimida, la luz violeta transmutará esa ira e impedirá que entre y
dañe de alguna forma tu campo áurico. Segundo, la luz violeta repele
los parásitos astrales. Éstos son entes etéricos que se alimentan de dolor
y emociones reprimidas. Hasta que despejes tu campo de energía de
cualquier caldo de cultivo y ali­mentación de estos parásitos, es sensato
dejarlos fuera. Una vez despejes hasta cierto punto los cuerpos de energía
sutil y tu alma, chakras y Yo Superior empiecen a irradiar luz,
repelerán naturalmente a estos entes y energías de baja frecuencia.
Hasta entonces, estas herramientas de tratamiento de límites te serán
de mucha ayuda. ¿Por qué perder tiempo de meditación y de vida en
general proce­sando y despejando lo que ni siquiera nos pertenece?
El uso de herramientas de tratamiento de límites es un ejemplo práctico
de gracia.
Se recomienda incluir siempre la conexión a la tierra en la meditación
de la mañana, crear la esfera áurica y visualizar sus límites teñidos con
colores como los que acabamos de ver. Si no tienes tiempo o no sientes
la necesidad de pasar por las fases de lluvia o fuego violeta, puedes
saltártelas. Los tres pasos restantes son lo esencial en cuanto a límites y,
una vez acostumbrado a ellos, te ocuparán muy poco tiempo.
Publicado en Luz en tu sendero.

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