martes, 23 de octubre de 2012

12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA...




Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida.


1. Ordena tu vida, sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida:

• Regala las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar.

• Regala esos archivadores viejos que ocupan espacio y que casi nunca utilizas.

• Dona juguetes, herramientas, libros, bicicletas y platos que no utilices a instituciones de caridad.

Elimina todo aquello que te despierte el deseo de adquirir objetos que contribuyan a una vida desordenada. Recuerda lo que dijo Sócrates: "Está más cerca de Dios quien necesita menos". Así que mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover, más próximo estarás a escuchar el llamado de la inspiración.

2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables.

Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. Así que dile no a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.

3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre

Ten cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide de la pirámide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración gozosa. Si los cócteles, las reuniones sociales, los eventos para recaudar fondos, e incluso charlar y beber con los amigos no es la forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas. Rechaza las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración.

Creo que pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película con un ser querido, cenar con mis hijos o hacer ejercicio, es más inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las conversaciones inútiles. He aprendido a rechazar esos eventos sin tener que disculparme, y eso me ha permitido tener más momentos de inspiración.

4. Saca tiempo para la meditación y el yoga

Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios. Escribí un libro sobre este tema, “Cayendo al abismo”, así que no me extenderé más. Sin embargo, diré que he recibido miles de mensajes de personas de todo el mundo en los que me expresaron su agradecimiento por haber aprendido a simplificar su vida cuando comenzaron a meditar. Te invito a que busques un centro de yoga cerca de tu casa y comiences a practicar con regularidad. Las recompensas son maravillosas: te sentirás menos estresado y más saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer con y por tu cuerpo en muy poco tiempo.

5. Regresa a la sencillez de la naturaleza

No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago. Estos deseos son universales, pues la naturaleza ha sido creada por la misma Fuente que nos creó a nosotros. Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de la naturaleza (somos polvo estelar, ¿recuerdas?).

Tu deseo de simplificar y de sentirte inspirado es impulsado por el deseo de ser tu "yo" natural, es decir, la naturaleza de tu yo. Así que camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo, o esquía en la nieve. Esto no significa que tengas que darte unas vacaciones largas ni planearlas con meses de anterioridad: no importa dónde vivas, a pocas horas siempre habrá un parque, campamento o sendero que te permitirá disfrutar de la sensación de estar conectado con todo el Universo.

6. Marca distancia entre tú y tus críticos

Decide alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración simplificada. Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando defectos o son amigos de las confrontaciones, y apártate de su energía tan rápido como sea posible. Simplificarás tu vida enormemente si no tienes que justificarte ante nadie, y si recibes apoyo en vez de críticas. No tienes por qué soportar las críticas; simplemente agradece con amabilidad y promete pensar en lo que te digan, pues representa un conflicto que no te permitirá sentirte inspirado. No necesitas justificar tus deseos ni tu personalidad, pues esas sensaciones internas son el Espíritu que te habla: son pensamientos sagrados, así que no permi­tas que nadie los destruya.

7. Saca un tiempo para tu salud

Recuerda que el mayor problema de salud en nuestra sociedad parece ser la obesidad. ¿Cómo puedes sentirte inspirado y vivir con sencillez si consumes cantidades excesivas de alimentos y no haces el ejercicio que tu cuerpo te pide? Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana, simplemente hazlo. De igual manera, incorpora a tu consciencia las pala­bras control de porciones: ¡tu estómago tiene el tamaño de un puño, no de una pala! Respeta tu templo sagrado y simplifica tu vida haciendo ejercicio y comiendo con moderación; ¡te prometo que te sentirás inspirado si comienzas a hacerlo ya!

8. ¡Juega, juega, juega!

Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida. Me encanta estar rodeado de niños porque me inspiran con sus risas y su frivolidad. De hecho, muchos adultos me han dicho: "Wayne, no has madurado: siempre estás jugando". ¡Esto es algo que me enorgullece profundamente! Juego cuando hablo en el escenario, y juego mientras escribo ahora.

Quiero aprovechar para darle las gracias a Howard Papush, quien escribió un maravilloso libro titulado “Tiempo de receso: sorteando tu vida en medio de las tensiones”, el cual te recomiendo (Howard también ofrece seminarios en los que enseña a jugar y a divertirse). En su libro, Howard comparte esta hermosa frase de Richard Bach: "Tu vida está orientada por un aprendiz interior, por ese ser espiritual y juguetón que es tu verdadero yo". Estoy totalmente de acuerdo: ¡por favor, entra de nuevo en contacto con tu yo real y juguetón, y aprovecha la menor oportunidad para jugar! Verás que todo será más dulce y más simple.

9. Disminuye el ritmo

Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que, "La vida es algo más que aumentar el ritmo". Este es un gran consejo para simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de todas tus actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas palabras lentamente. Desacelera tu respiración para que seas consciente de cada inhalación y exhalación...

Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y sin rumbo alguno.

Si disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te re­unirás con el ritmo perfecto con el que funciona la creación. Imagina que tratas de forzar a la naturaleza halando una planta de tomate que acaba de brotar: eres tan natural como esa planta, así que permítete estar en paz con la perfección del plan de la naturaleza.

10. Haz todo lo posible para evitar las deudas

Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida. Esa ansiedad te alejará de la paz, que es el lugar donde te encuentras cuando estás en Espíritu. Si tienes que trabajar más para pagar deudas, disfrutarás menos de tu vida actual; en consecuencia, estarás más lejos de la paz y la alegría, que son los símbolos de la inspiración. Te sentirás mucho mejor y disfrutarás tu vida si tienes menos en vez de contraer deudas que no te darán paz y tranquilidad, sino estrés y ansiedad. Y recuerda: el dinero que posees sólo es energía, así que niégate a conectarte con un sistema energético que no es real.

11. Olvídate del valor efectivo

Procuro no pensar frecuentemente en el dinero, pues he observado que las personas que lo hacen no piensan en casi nada más. Entonces, haz lo que tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja. Puedes llevar una vida feliz y satisfactoria, y si en este momento estás pensando que yo tengo el descaro de decirte esto porque tienes una situación financiera precaria, es porque tú mismo has levantado tu propia barrera de resistencia.

Deja de ponerle una etiqueta con precio a todo lo que tienes y haces: a fin de cuentas, en el mundo del Espíritu no hay etiquetas con precios. No hagas del dinero el centro de todo lo que tengas o hagas; más bien, descubre el valor inherente a todas las cosas: así simplificarás tu vida y regresarás al Espíritu. Un dólar no determina el valor, aunque vivas en un mundo que intenta convencerte de lo contrario.

12. Acuérdate de tu Espíritu

Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás encaminado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.

Wayne Dyer

"EL CÓDIGO DE SANACIÓN EMOCIONAL" C.S.E.





MEDITACIÓN ZAZEN


         
          ZAZEN

No pueden forzar al Cielo a que les abra las puertas porque, cuando están forzando algo, están cerrados. Ése es el problema: siempre que fuerzan algo, están cerrados; por lo tanto, lo divino no puede series revelado.


Cuando no fuerzas, sino que flotas como una nube blanca, sólo vagando, sin hacer esfuerzo alguno por llegar a ninguna parte, cuando no hay objetivos ni esfuerzos, cuando no aspiras a llegar a ningún lado y no te presionas para eso, cuando estás feliz como estás, cuando estás satisfecho con cómo es el mundo, cuando aceptas las cosas como son y no tratas de cambiar nada, de repente eres transportado a una dimensión diferente de la existencia. Te das cuenta de que las puertas siempre han estado abiertas. Nunca estuvieron cerradas; no podrían estarlo. El misterio divino siempre ha estado cerca de ti.
Nunca estuvo lejos; no podría estarlo, pues tú eres parte de lo divino. Adondequiera que vayas, el misterio se desplaza contigo.
No es cuestión de buscar y perseguir. Se trata de quedarse en silencio y dejar que suceda. Cuando buscas, te pierdes, porque quien busca siempre es violento. Cuando lo buscas, no viene a ti, pues la mente que busca está demasiado preocupada y no está disponible.

Nunca está en el aquí y ahora; siempre está en algún punto del futuro: cuándo se llevará a cabo el descubrimiento, cuándo finalizará la búsqueda, cuándo se completará la investigación. Siempre está en otro lado, al final, no aquí. Lo divino está aquí, y nunca lo encuentras. Quien busca nunca encuentra.
Eso no quiere decir que no debas buscar. Deberás hacerlo en un comienzo; no hay otra vía.


Al comienzo, debes buscar; debes buscar y hacer todos los esfuerzos que puedas. Sólo haciendo todos los esfuerzos y transformándote en un fanático buscador llegarás a darte cuenta de que sólo se producirá cuando tengas una mentalidad de no búsqueda.


A veces, mientras descanses, vendrá a ti. A veces, mientras duermas, se te presentará. A veces, mientras camines por la calle, allí estará. A veces, mientras contemples el amanecer (sin hacer nada más que estar en una pasiva observación), mientras mires el sol que se asoma o la luna que brilla en el lago en una noche fría, o una flor que abre sus pétalos, y tú no eres más que una conciencia pasiva... No es necesario nada de tu parte.
Cuando una flor se abre, no necesita que la ayudes.


Hay gente tonta que tratará de ayudar. Destruirán toda la belleza de la flor, y además la flor nunca se abrirá realmente. Aun si la fuerzas para que se abra, será una flor cerrada. No se produjo su florecimiento; fue algo forzado. Nunca florece algo a la fuerza. No es necesario que ayudes a que salga el sol. Hay gente que cree que se necesita su colaboración. Es gente que hace mucho daño, mucho daño, por suponer que su ayuda es necesaria en todas partes.
En la vida real, donde la realidad se produce, no se requiere la ayuda de nadie. Pero es muy difícil resistir la tentación porque, cuando ayudas, sientes que estás haciendo algo. Al hacer algo, creas el yo. Cuando no haces nada, el yo no puede existir. En los momentos de inacción, el yo desaparece. Contemplar un amanecer, ver cómo se abre una flor, mirar a la luna brillando sobre un lago helado, sin hacer nada... Y de repente te sucederá. Percibirás que toda la existencia está inundada por lo divino, que tu mismo aliento es divino.

Con esfuerzo, accede a la ausencia de esfuerzo.
Con búsqueda, accede a un estado de no búsqueda.
Con la mente, accede a un estado de abolición de la mente.


Hay dos clases de personas. Las de la primera clase, si digo que hagan un esfuerzo, lo hacen, pero no dejarán espacio a la ausencia de esfuerzo. Las de la otra clase, si digo que sólo se producirá a través de la ausencia de esfuerzo, abandonarán todo esfuerzo. Ambas clases de personas están erradas; ambas han perdido el camino.


Éste es el ritmo de la vida: realiza esfuerzos para poder estar también sin hacerlos. 
Exigete al extremo para poder tener momentos de conciencia sin exigencias. Corre lo más rápido que puedas para que, cuando te sientes, realmente te sientes.
Agotate en el esfuerzo para que, cuando descanses, sea un verdadero descanso.


Tal vez descanses con inquietud en tu interior. Tal vez te recuestes sobre el suelo, pero la inquietud en tu interior continúe. Entonces, estás recostado, pero no es un verdadero descanso. Tal vez te sientes como un Buda y por dentro, el niño siga corriendo, tu mente está trabajando y funcionando. Por dentro, te estás volviendo loco; por fuera, estás sentado en la postura del Buda. Tal vez estés totalmente quieto por fuera, sin movimientos ni actividad, pero por dentro continúa la agitación. Esto no sirve. Agota esta agitación con esfuerzo. Corre lo más rápido que puedas.¡Agótate! Por eso, mi énfasis en la Meditación Dinámica. Es al mismo tiempo con y sin esfuerzo. Es al mismo tiempo actividad e inactividad. Es al mismo tiempo correr y zazen: sólo estar sentado.